martes, 27 de septiembre de 2011

LA ESENCIA

Dijo Yajnavalkja a su discípulo Shmetaketu:
-Tráeme un higo de allí.
-Aquí está maestro.
-Divídelo.
-Ya está dividido, maestro.
-¿Qué ves?
- Unas semillas bastante delgadas, maestro.
-Divide una de estas semillas, por favor.
-Ya está dividida, maestro.
-¿Qué ves?.-
-Absolutamente nada, maestro.
-Ciertamente, mi querido discípulo, es de esa esencia delgadísima que no alcanzas a percibir. Ciertamente este gran árbol ha nacido de esa esencia. Créeme, el alma de este mundo es esa esencia delgadísima. Eso es la realidad. Eso es Atman, eso eres tú.
- Has hecho que comprenda aún más, maestro.
-Así sea, mi amado.

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