jueves, 13 de octubre de 2011

TRANQUILOS ANTE LA ALABANZA O LA CRÍTICA


Una tarde tranquila, un rey preguntó a cierto cortesano, "Usted parece ser un hombre de integridad. ¿Porque es usted objeto de tanta crítica, difamación y odio?".

El funcionario cotestó "Su Majestad, cuando las lluvias torrenciales de primavera llegan, los agricultores están contentos porque sus campos son bien irrigados. Los peatones, por otra parte, son infelices porque las calles están fangosas y resbaladizas.
¡Cuando la luna de verano está tan clara y brillante como un espejo, los poetas y los escritores se alegran de la oportunidad de viajar y formar coplas y poemas, mientras los ladrones y los criminales se apenan con el resplandor de la luz de la luna! ¿Si hasta el cielo y la tierra imparciales son objeto de culpa y resentimiento, amor y odio, cómo puede este vasallo suyo, imperfecto y lleno de defectos, escaparse de la denigración y la crítica?"

"Por lo tanto, me aventuro a pensar, que nosotros deberíamos permanecer tranquilos ante alabaza o  crítica, meditarlo, y no tener prisa para creerlo. Si un rey cree un chisme, sus gentes pierden sus vidas; si los padres creen el chisme, hacen daño a sus niños; si los hermanos y las hermanas, los maridos y la mujeres, creen en palabras chismosas, ellos experimentan la separación; si los parientes, los amigos y los vecinos creen el chisme, ellos cortaran relaciones el uno con el otro. El criticón es realmente más nocivo que rastreros y serpientes, más agudo que espadas y cuchillos, que matan sin derramar una sola gota de sangre."



"De acuerdo a lo juzgado por la historia, este cortesano era un funcionario desleal; sin embargo su respuesta era sana y razonable, y un ejemplo digno para generaciones posteriores. Por lo tanto todavía es citado hoy".
Parábola budista

FUENTE: Sutra Translation Comittee of the US and Canada

jueves, 6 de octubre de 2011

EL LADRÓN Y LA LUNA


Un hombre sabio vivía en una cabaña al pie de una montaña. Cierta noche, un ladrón entro en la choza, solo para descubrir que allí no había nada que robar. El sabio volvió y lo sorprendió.

Tal vez hayas hecho un largo camino para visitarme... le dijo al ladrón... y no debes irte con las manos vacías. Por favor, acepta mi ropa como regalo.

El ladrón quedo desconcertado, tomo la ropa y se fue sin decir nada. El sabio, desnudo, se sentó a mirar la luna.


Pobre hombre... pensó... ojala pudiera darle esta hermosa luna.

CUENTO BUDISTA

FUENTE:

sábado, 1 de octubre de 2011

LA CIMA


"Sólo sabiendo donde se halla la cima es posible fijar un ideal; sólo con un ideal fijo se puede evitar improvisaciones temerarias en la búsqueda; sólo evitando improvisaciones temerarias en la búsqueda se puede mantener la tranquilidad; sólo manteniendo la tranquilidad se puede reflexionar de manera profunda y amplia, y sólo reflexionando de manera profunda y amplia se puede llegar a la cima"

CONFUCIO